jueves, 16 de octubre de 2014

EL ABRAZO SOSTENIDO

Les comparto uno de los relatos del libro "El abrazo sostenido y otros relatos" de Hugo Píriz, altamente recomendable, así como cualquiera de sus charlas y libros, un capo!
Para leer y reflexionar. No puedo evitar emociones encontradas al leerlo, que lo disfruten!






Y es seguro que esta noche volverá a suceder. Ha sucedido todas las noches estos últimos años.

Se acostarán según la rutina diaria. El la abrazará y le hablará al oído, en tanto ella se dejará invadir por el hombre de su vida. Para ella es el momento del día, para él, una de las tantas instancias de su cotidianidad; pero seguro, la más importante. Es posible que el sueño se demore. Difícil es definir el tiempo. Puede ser una eternidad como un momento fugaz.
Hace más de sesenta años que comparten una misma cama. La misma cama no, su misión de vida los ha llevado por muchas casas diferentes. Pero los ojos son los mismos. Los de ambos. Las miradas se han ido puliendo con el transcurrir del tiempo. Las manos han superado las formas clásicas de comunicación. Antes hacían gestos, ahora trasmiten sensaciones, promueven recuerdos. Es tal la destreza de intercambio que entre miles de momentos pasados pueden ir precisamente a "aquel" momento y traerlo a la conciencia sin temor a equivocarse.
El abrazo es sostenido. Las frases se repiten, aunque no se digan en forma audible. No es necesaria demasiada creatividad para penetrar al mundo del otro, en el cual están instalados desde hace mucho tiempo. Saben moverse con excelencia. El toma la iniciativa. Ella espera. El mundo se encuentra lejos en la noche. La cama está cercada por un dormitorio un poco más allá un living, una cocina, otros espacios sin presencia humana. En algún lugar de la casa un teléfono suena varias veces al día, promoviendo alegrías en sonrisas no expresadas.
Mientras el abrazo se extiende, él puede recordar otros abrazos. Ella no, ella ya no recuerda, pero acompaña el momento. Más de sesenta años abrazados. Abrazos dados y recibidos. El nunca había sospechado el efecto futuro que podrían tener aquellos saludos rápidos, que fueron expresión espontánea de encuentros, reencuentros o despedidas.
¿Es posible que sean lágrimas las que aparecen en escena?... Tal vez. Desde nuestra fragilidad se pueden producir ese tipo de expresiones. Todo se da en un marco de felicidad, por lo menos así lo entiendo a mucha distancia física, cronológica y vivencial. No logro descifrar todo lo que les sucede a mis amigos en este cuadro de vida. Ella siempre ha sido una mujer activa, tierna, capaz de promover el bien generosamente a cuanto ser humano integrara su cotidianidad. Sucede que cuando el alzheimer es protagonista se presenta una realidad que no conozco tanto. Ella ya no puede acceder a ese mundo maravilloso de recuerdos. Su memoria está dañada. Pero es poseedora de un presente único. No se necesita mucha capacidad intelectual para disfrutar del abrazo amparador, detenido, de quien lo ofrece especialmente para ella y lo ha hecho por más de sesenta años. 
Cada día tiene una noche posible. Pero allá lejos, donde viven mis amigos, en este preciso instante ya es de noche. Es posible que su abrazo ya se haya iniciado. El abrazo sostenido de cada día.

Palabras del Autor, (Hugo Píriz Cantón): Estimada, gracias por el honor que me brindas de integrar tus aportes desde LIENZO PARA ANOTAR. La pareja que aparece retratada en el relato son dos personas muy queridas por mucha gente en Uruguay. Ellos estuvieron más de 40 años sirviendo en calidad de misioneros en nuestra tierra. Cuando supe del hecho que narro tuve la intención de difundir ese hecho de vida.

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